Publica Diario de Navarra el día 20 de marzo la noticia de la inauguración el día anterior del centro cívico de Lazagurría. A la misma acudieron, además de numerosos vecinos, las autoridades locales y regionales.
Aunque lo verdaderamente importante, al menos a los ojos de los seguidores de este blog, es la inauguración de una escultura realizada por Pablo que representa al dulero. Tan insigne personaje era el encargado de recoger el ganado que salía de las casas y guiarlo hasta el prado, donde pasaban pastando toda la jornada.
Al termino de misma, los animales volvían a los corrales. Este regreso constituía un motivo de alborozo para los niños de la localidad que, al sonido de los cencerros, corrían y celebraban sus juegos detrás de las bestias.
Fiel a su estilo de contar historias, Pablo ha incluido en esta escultura toda la iconografia del dulero y de los lugares dónde realizaba su labor: cigüeñas, hierba, pajarillos, nido, vacas, caballo y un largo etcétera de elementos que recorren la piedra y la dotan de personalidad.
Asimismo un toro, símbolo de Lazagurria, ha tomado la plaza del pueblo y se ha instalado en los bajos del Ayuntamiento. Rodeado de plantas y protegido del viento, ha llegado para quedarse. Tiene motivos para ello.
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