¿Quiénes son esos seres que trepan por las paredes de Mues y se esconden entre plantas de tupido follaje?. Sus nombres son impronunciables, sus rostros recuerdan fábulas y cuentos de hadas.
Para encontrarlos el viajero tendrá que recorrer el lugar con ojo inquieto y espíritu libre. No se dejan descubrir fácilmente. Pero la aventura merece la pena.